Bajo el mismo sol

"Te acaricia el viento, te abraza la naturaleza y el ritmo de lo desconocido se acerca. Se acerca una vez más, para tocar con sus dedos tu cara y así sentirte, sentirte por primera vez pero muy cerca, tan cerca sin ganas de dejarte ir. Lo desconocido pasa a ser conocido. El sonido del agua en las calles, el silencio de los engranajes de las bicis, el encanto de sus casas y sus calles te hace avanzar, te hace recordar donde estás, te hace notar que estás en otro lugar, pero también te hace recordar que estás bajo el mismo sol."

Buenos días a todos, esta semana volvemos con la segunda parte de mi aventura. Esta vez en un lugar diferente, Amsterdam. Fue tan increible poder viajar desde Paris bordeando toda la Costa hasta llegar a Bruselas para desde ahí partir hasta nuestro destino. Vez que aunque recorras tantos lugares diferentes, siempre, tienen algun detalle peculiar que te hace enamorarte una y otra vez.

Creo que lo que más admiro de mi aventura es la capacidad de amar tantos rincones a la vez, de tomar la iniciativa y ver mundo. De recorrer fronteras y fronteras, de perderte, pero sobretodo de amar que el hecho de perderte también tiene sus cosas buenas. Perderte en el tiempo para luego encontrarte.

Así fue nuestra llegada a Amsterdam, desde el momento uno te cautiva. Es tan diferente y tan original. Sus canales, sus casitas, estrechas y alargadas, cada una con ganas de tocar el cielo, cada una con su encanto.

Fue tan bonito perderse en el tiempo, como ya dije antes que lo repetiría una y otra vez, repetiría el encanto que tenía esa ciudad, repetiría el perderse en sus estrechas calles y encontrarse en sus amplios canales. ¿y qué decir que no me guste? ¿y qué hay en el viaje que no guste? Es mi pregunta.

Experiencias tan enormes como el simple echo de probar todos y cada uno de los quesos elaborados en Holanda, cada uno con su sabor, pero sobretodo cada uno con su tacto y su secreto. Para mí cada pedacito de queso que probara era como viajar a un sitio diferente, sabes que todo es parte del mundo pero descubres que cada pedacito de él es diferente y peculiar y que por eso hay que probarlo.

Una vez más espero haberles devuelto o iniciado las ganas de visitar lugares, de conocer mundo, de probar diferentes trocitos de mundo, de testarlos y de saborearlos al máximo.

Un beso enorme gintonitos y a VIVIR.